El fútbol replegado sobre sí mismo corre el riesgo de convertirse en un deporte autómata, una peonza de madera que no gira, una muñeca de porcelana con los ojos cerrados.
Este edificio, que en su día albergó una fábrica de muñecas de porcelana reconocida por su delicadeza y belleza, se ha convertido hoy en un símbolo industrial y cultural. Todo comienza con ...